Ok

En poursuivant votre navigation sur ce site, vous acceptez l'utilisation de cookies. Ces derniers assurent le bon fonctionnement de nos services. En savoir plus.

Eje Futuro - Page 38

  • ¡Viva Putin, la bestia negra de los bienpensantes!

    Guillaume Faye

    -El ex KGB Vladimir Putin, catalogado como hombre de derecha, incluso de extrema derecha, perturba los esquemas de la intelligentsia y las élites dirigentes de Occidente.

    Las críticas contra el gobierno de Vladimir Putin son conocidas: bajo su mandato Rusia ha dejado de ser una democracia y se ha vuelto amenazante. Putin sería una especie de Nerón, o mejor, un nuevo Iván el Terrible.

    Practica el culto de la personalidad, nos dicen, (con la clara intención de provocar una asociación de ideas con Stalin), gobierna el inmenso país gracias a sus redes, tanto financieras, industriales y policiales (la teoría de la “vertical del poder” y la red de los siloviki).

     

    Según esta versión, Putin estaría corrompido y su poder autoritario oprimiría a los buenos opositores demócratas, echados a la cárcel por una justicia bajo control, la democracia rusa estaría trucada, al igual las elecciones, los homosexuales perseguidos, los medios de comunicación amordazados, Ucrania sometida a un horrible chantaje imperialista y el tirano de Damasco mimado por el Kremlin, los Juegos Olímpicos de invierno de Sochi serían un himno indecente a mayor gloria de Putin y su régimen, etc… En definitiva, Putin se ha convertido en el diablo para todos los medios dirigentes occidentales y el síndrome antiPutin es compartido por la clase periodistica y todos los loros de la ideología dominante. Para mí, que acostumbro a dar conferencias en Rusia y publicar mis escritos, estas acusaciones tienen un carácter surrealista. Gozo de mayor libertad de expresión en Rusia que en Europa occidental y concretamente en Francia. La censura solapada e hipócrita o brutal de lo “políticamente correcto” no existe en Rusia, y en cambio lo “putinamente incorrecto” puede expresarse sin problemas.

    Los bienpensante moralizadores, descendientes y herederos del izquierdismo

    Los bienpensantes, herederos en un 80% de una ideología de izquierda, deberian mirar la viga en el ojo propio antes que la paja en el del vecino. Estos descendientes del izquierdismo, hoy en el poder en el seno del PS, aliados a los Verdes y a menudo al PC, son los descendientes de una familia política que ha apoyado las peores dictaduras totalitarias criminales, desde el comunismo soviético al régimen maoísta, pasando por los Khmers Rojos y la Albania comunista. Hoy maldicen al régimen “antidemocrático” de la Rusia de Putin. Carecen de respaldo moral para dar lecciones a nadie.

    Francia, bajo el PS ¿es democrática, cuando el partido supuestamente ecologista EELV (tapadera del izquierdismo trotkista) que representa el 2,31% de los votos, impone, como un lobby minoritario, leyes y medidas energéticas absurdas y rechazadas por la mayoría de la opinión pública? La Francia del PS, ¿es democrática cuando instaura una política judicial laxista, fuente de la explosión de la criminalidad, cuando abre todas las compuertas de la inmigración descontrolada, cuando naturaliza y regulariza a manta, cuando elabora baterías de disposiciones destructoras de la identidad nacional, cuando avala el reino de las corporaciones sindicales minoritarias genrosamente subvencionadas, cuando obedece a los lobbies comunitaristas?

    De la educación nacional a la política penal, pasando por la política familiar, fiscal o migratoria, ¿éste país acaso es democrático cuando las orientaciones seguidas son contrarias a los deseos del 60% de la población, es decir la mayoría del país real? Hay que decir que la derecha en el poder antes del PS había, de manera algo más atenuada, praticado exactamente la misma estrategia antipopular.

    Y cuando hablamos del amordazamiento, de la censura y del control de los medios rusos por el régimen de Putin, olvidamos precisar que en Francia, las cadenas de TV, las radios, la gran prensa, los grandes sitios Internet, están en un 90% en manos de la ideología y de las redes de la oligarquía y de su pensamiento único. El totalitarismo soft, es en nuestra casa donde se lo padece.

    ¿Ésta es la democracia francesa, la que le da lecciones de moral a la Rusia de Putin? Putin tiene cuatro veces más de opiniones favorables de su pueblo que Hollande del suyo.

    Estamos siendo víctimas en Occidente de una desinformación global sobre la Rusia de Putin. Hay de parar de atacar aquél cuya política es aprobada por una gran mayoría de la opinión rusa: es decir la opinión popular, no la de las élites occidentalizadas o de una cierta burguesía de Moscú y San Petersburgo. Pero la izquierda bienpensante no soporta la opinión de la mayoría del pueblo, sobre todo del pueblo llano que desprecia como inculto, y llama populismo toda política que tiene en cuenta al pueblo llano, asimilando eso al fascismo.

    En realidad, las verdaderas razones del odio hacia Putin de parte de la ideología dominante (que no es la opinión popular mayoritaria) no proviene para nada de que su régimen sería “antidemocratico” (ya que a la izquierda siempre le ha importado muy poco la democracia) pero de sus orientaciones que chocan contra la oligarquía y la intelligentsia mediática occidentales. Los dos elementos principales del acoso contra Putin son:

    1) Putin ha decidido hacer de Rusia otra vez una gran potencia y volver a darle una fuerza y un prestigio internacional. Eso choca los sentimientos de una cierta rusofobia occidental. La izquierda francesa bienpensante se alía en este punto con Washington. Se vuelve a lanzar el mito del “imperialismo ruso”. Se detesta una Rusia poderosa y animada por el patriotismo en los círculos de la Unión Europea que está sometidos a la estrategia norteamericana. A esto se añade el apoyo de Rusia a Siria.

    2) Putin desarrolla en Rusia las nociones de patriotismo, de renacer de la natalidad autóctona, de respecto de los valores tradicionales del pueblo ruso, de arraigo, de freno de la inmigración sin control, de cooperación con la Iglesia Ortodoxa. Todo eso contraría profundamente la oligarquía occidental porque choca frontalmente contra su ideología, sus pasiones y sus antojos. Putin comete un pecado capital al desmarcarse del dogma del cosmopolitismo, y al atreverse a decir que quiere luchar contra la dedadencia de las costumbres y afirmar la identidad rusa ancestral, se define como un horrible tirano.

    La ley votada por la Duma contra la propaganda de las prácticas homosexuales y contra la adopción de niños rusos por parejas homosexuales extranjeras, así como la hostilidad del poder ruso hacia la Gay Pride y el matrimonio homosexual han sido interpretados por los ideólogos occidentales como otras tantas monstruosidades, cuando en realidas se trata de sentido común y de decisiones aprovadas por el 80% de los países del mundo. La detención y el encarcelamiento de las Pussy Riots profanadoras de la catedral del Cristo Salvador (posteriormente liberadas) han sido presentadas como prácticas escandalosas, dignas del antiguo gulag. Estamos en pleno delirio.

    Así pues, la diabolización de Putin descansa sobre estos dos elementos y no sobre el hecho de que estaría al mando de un régimen opresor de las libertades. Esta hipocresía antirrusa de los círculos dirigentes occidentales está demostada por la extrema tolerancia hacia los régimenes de las monarquías del Golfo Pérsico y el poder chino que ellos si que son verdaderas dictaduras. Hay en el mundo, en Asia, en África, en América del Sur, regímenes mucho más “antidemocráticos” que Rusia. Sin embargo lo único que se oye sobre esos gobierno es… silencio. Se prefiere concentrar los ataques contra Putin. Porque Putin tiene ideas que incomodan, valores que molestan a los bienpensantes. Hablar de Putin como de un tirano queda muy bien en los salones parisinos, pero ahí cuenta más la imagen que la realidad.

    En realidad, ¿qué es el régimen ruso actual? Ciertamente es un poder fuerte. Pero es imposible que sea de otra manera en la inmensa Federación de Rusia. Es su historia milenaria. ¿Es un sistema tocado por la corrupción? Sin duda, pero no más que en otras parte y a menudo menos que en el resto del mundo. ¿Un país privado de libertades? Comparemos con la Unión Soviética y tendremos la respuesta. Desde que Putin está en el poder desde el año 2000, Rusia se ha levantado económicamente y ha retomado su lugar como gran potencia, la pobreza ha retrocedido y el PIB por habitante ha progresado notablemente. Claro está, quedan enormes problemas que tratar. Todo no es de color rosa. ¿Pero dónde son las cosas de color rosa? ¿Pretendemos que Rusia se convierta en una Suiza gigante?

    El interés de Europa es el eje de la alianza con Rusia, que comparte con nosotros la misma civilización en las profundidades de su constitución, el mismo cimiento etnocultural, el mismo conjunto histórico. En el fondo lo que molesta a los detractores de Putin, de manera enfermiza, es que Putin defiende, de manera bastante tranquila, ideas de identidad y de poder, de tradición y de innovación, que desconfia del islamismo (y del islam) como de la peste, que es muy desafavorable a la inmigración, que es natalista y familiarista y que considera que los valores “societales” de Occidente como valores nihilistas. Eso es considerado nauseabundo e inadmisible por los popes del pensamiento dominante en Occidente.

    El ex KGB Putin, rebautizado como hombre de derecha, incluso de extrema derecha, perturba los esquemas de la intelligentsia y las élites occidentales. Putin se presenta como un atleta, admirado por las mujeres, lo que provoca los celos de los dirigentes occidentales que detestan toda alusión a la virilidad. Putin juega habilmente con su imagen viril, dirigida a los rusos. Esto suscita la cólera de los ideólogos occidentales para quienes la “virilidad blanca” es el pecado supremo.

    Por lo tanto, ¡Viva Putin y viva Rusia!

    search?hl=es&site=imghp&tbm=isch&source=hp&biw=1024&bih=509&q=bandera+rusa&oq=bandera+rusa&gs_l=img.12..0l10.1073.4502.0.6028.14.12.1.0.0.0.1099.7992.2j1j1j5-1j4j3.12.0....0...1ac.1.42.img..9.5.1017.S1QhH1KHLdU#facrc=_&imgdii=_&imgrc=xVSvZ_7Hc_fmAM%253A%3Bk8Zu9LZcOX5zEM%3Bhttp%253A%252F%252Fcasarusia.com%252Fuploads%252Fbanderarusa.gif%3Bhttp%253A%252F%252Fcasarusia.com%252F2005%252F01%252Fhistoria-y-significado-de-la-bandera-de-rusia.html%3B350%3B263

  • El zócalo de civilizaciones es ante todo de tipo biologico. La Colonizacion de Europa.

    En su libro fundamental Des dieux et des empereurs (Éditions des Écrivains), André Lama pretende demostrar que el Imperio Romano fue minado desde el interior debido a una modificación de su substrato étnico. Debido básicamente a las libertades concedidas y del relajamiento de las reglas de la nacionalización, pero también al debilitamiento demográfico de los romanos de origen, la población romana de origen se africanizó y orientalizó hasta el pináculo del Estado. Lo cual contribuyó al derrumbe de la civilización original, así como las invasiones del cristianismo.

    Desgraciadamente, se podría decir que la "reserva étnica germana" estaba allí para compensar y detener lo que podría ser una metamorfosis étnicocultural definitva del actual occidente peninsular europeo. Hoy en día, desgraciadamente, no tenemos más en Europa reserva étnica de compensación suficientemente prolija demográficamente. Desde los años setenta Pierre Chaunu y Georges Suffert, en La Peste blanche (Gallimard), un libro que sería impublicable hoy en día, ya que ahora parecería políticamente incorrecto, pone de relieve el agotamiento demográfico de la raza blanca europea misma. Es interesante señalar que el derrumbe general de la fecundidad de los europeos de origen comenzó en los años sesenta, en el momento exacto en el que comienzan las migraciones de poblaciones extra-europeas.

    André Lama escribió, lamentando el debilitamiento progresivo del núcleo original romano  : " mientras la antigua república se ampliaba, Roma se debilitaba, abriéndose a demasiadas influencias debilitantes y elevando a la dignidad de ciudadanos romanos a demasiados elemento desestabilizadores". 

    El poder imperial romano devino absolutista ya que estaba basado en una sociedad multirracial, sin raíces. Esto es lo que pasa hoy, aunque un poco diferente.

    Cuando no hay mas pueblos que atiendan a un mínimo de homogeneidad étnica, el régimen democrático auténtico se desmorona. Una tiranía, tanto si es dura o blanda, tiende a imponerse, con el objetivo de compensar la anarquía que nace de la coexistencia de etnias irreconciliables

    Para André Lama, las mezclas, las migraciones, las diferencias en la natalidad, provocando una modificación étnica, son las causas de los grandes cambios políticos que se observan en la historia. Para el, " no es siempre necesario conquistas o invasiones para transformar a un pueblo". Se asiste, por un diferencial demográfico interno  " al emerger de una nueva nación que silenciosamente va a reemplazar el antiguo sin que hubiera una guerra extranjera o invasión. Las variaciones étnicas del pasado de los pueblos, que se deben tener en cuenta, permiten mejor comprender sus relaciones recíprocas y las vicisitudes de la historia ".

    El autor establece un paralelismo entre el fin del Imperio romano y nuestra situación: " Las mezclas étnicoculturales han tenido también [...] su importancia en el declinar y la desaparición de las civilizaciones. Cuando el elemento humano específico, pilar del sistema, falla, es entonces que todo el conjunto se hunde. Los períodos de calma esconden fenómenos que se desarrollan suavemente y que, respecto del efecto de acontecimientos detonantes, estallan un día determinado en un momento determinado, revelando las contradicciones internas acumuladas con anterioridad, por consiguiente tal absceso permanece anteriormente escondido para el observador. Tal es el juego de las influencias en el seno del Estado romano. "

    Y tal es también el juego de lo que se va a desarrollar actualmente. Para el autor, cuando el pueblo central alcanza un umbral numérico de declinación crucial, la civilización fundada cambia y desaparece, por" dilución de la especificidad étnica y cultural del pueblo fundador". Roma desapareció como consecuencia de esta mezcla étnica, "acoger los cultos y las costumbres que contrastaban totalmente con la mentalidad romana original". Para André Lama, el pueblo italo-romano original " ha creado una dinámica en la cual el dominio se le escapó y debido fatalmente a un origen étnico que le ha sido siempre desfavorable. "

    Y respecto a Pierre Lance, citado por André Lama, él afirma con razón:" El Imperio Romano es la más perfecta demostración de lo que la conquista forzada del otro sirve a la erradicación y a la pérdida de la propia identidad. " (La défaite d'Alésia, La Septième Aurore).

    * * *

    Las tesis de André Lama me parecen interesantes en tres aspectos.

    1) En primer lugar, la colonización del pueblo actual de Europa es el contra-ataque, el efecto boomerang del colonialismo de conquista y de dominación europea del siglo XIX. Los pueblos afro-asiáticos, antes colonizados se instalan en el lugar de sus colonizadores. El Imperio Romano no es de ningún modo un "ejemplo", ya que tanto el imperio francés como el británico habrían experimentado la misma suerte: es decir, la sumersión de la tierra madre, ella también, hacia el cosmopolitismo y el caos étnico. El modelo imperial sólo es viable entre las poblaciones biológicamente y culturalmente emparentados. Esto es por que en mis dos obras anteriores, El Arqueofuturismo y Nuevos Discursos a la Nación Europea, he defendido el modelo imperial, tuve mucho cuidado en llamarlo Eurosiberia, denominando a ésta un objetivo futuro de reagrupamiento de la Europa Occidental, de Europa central y de Rusia, es decir de pueblos indo-europeos. El modelo del Imperio Romano, que está mismamente inspirado por el cosmopolitismo de Alejandro, lo intentó Napoleón, y tampoco olvidemos que lo intentó Stalin, y está viciado desde la base por una voluntad de expansión pluri-étnica. La idea imperial que hace falta defender es aquella del poder organizativo de un espacio vital, basado sobre un zócalo biológico de pueblos emparentados , pero en el que hay una abstinencia de todo imperialismo, de toda voluntad de conquista y de dominación sobre los espacios vitales de otros pueblo , como de toda tentativa de asimilarlos.

    2) La segunda lección es la siguiente': ¿Cuál es la infraestructura de las civilizaciones? ¿Es cultural o económica? Este es el gran debate que ha agitado la Nueva Derecha desde los tiempos en los que se definía como "gramsiciana".

    Volviendo a las nociones de sentido común, verificados por la historia. Una civilización es un conjunto de formas, de conocimientos, de técnicas, de costumbres, de formas de vida, de saberes adquiridos, que reposan sobre una cultura. Los marxistas y los liberales dicen: el estado de tal civilización no reposa sobre la cultura original, pero sobre las amenazas de las relaciones de producción, y del estado de la técnica. En síntesis, liberales y marxistas piensan que una civilización es el producto de amenazas provenientes de la infraestructura económica y de las relaciones de producción; y la cultura no es más que la superestructura, la expresión derivada.

    Al contrario, al comienzo de los años 80, la Nueva Derecha sostenía la idea de un "gramscismo de derecha", nosotros hemos invertido los términos del problema diciendo: la civilización, las costumbres, el estado de la técnica, las formas políticas son el producto de un zócalo cultural, y en consecuencia de las mentalidades. Dicho de otro modo, la civilización es la consecuencia de la cultura y no lo contrario. Y es que no hemos respondido a la cuestión: ¿Pero quién o qué determina la cultura? Es la composición biológica de los pueblos, sus cualidades y sus defectos innatos, su atavismo antropológico, que fundamenta sus culturas, y ellos mismos producen las civilizaciones. Dicho de otro modo, la infraestructura profunda de las civilizaciones no es ni económica ni cultural, es biológica. 

    Como lo expresó Léopold Senghor, en 1970, durante un coloquio organizado en la Sorbona respecto de La identidad africana "Son las particularidades antropológicas negro-africanas y europeas  entendidos en el sentido más amplio, lo que han construido las irreductibles identidades africanas y europeas". Nelson Mandela, a quien no se puede acusar del pecado de racismo, declaró, en un discurso en la Asamblea nacional de África del sur en 1996: " La reconstrucción de este país es probablemente un desafío insuperable. Y es que nosotros ya no somos los mismos. Nuestra raza diferente ha producido una mentalidad diferente "

    3) Cuando hablamos de infraestructura biológica y étnica de las civilizaciones es evidente que no es cuestión de referirse al mito de una "pureza racial". André Lama apunta con mucha razón: "Quien dice "pueblo" dice grupo étnico más o menos mezclado. Hablar de "raza pura" es tan utópico como ridículo y es que los Romanos, incluso los más antiguos, eran ya un conglomerado étnico, resultante de una alquimia en la cual los primeros componentes habían orientado el carácter. Nosotros veremos que los componentes ulteriores los orientaron de modo diferente. " Yendo más lejos, precisa: " Todo mito de una pseudo "pureza de la raza" no se sostiene. No hay nada de raza romana como de raza pura. Sin embargo, es una auténtica alquimia étnica la que ha permitido trasladar las trazas fundamentales del carácter y de la mentalidad romanas.

    El concepto importante es esta alquimia étnica. ¿Qué significa esto? Europa es ciertamente el fruto de los mestizajes. Pero el mestizaje de pueblos próximos, diferentes es verdad, pero primos, emparentados, y que se benefician de cierta proximidad antropológica. A la idea reduccionista de "raza pura" hace falta oponer la de raza global. Esta es la idea de Senghor mediante sus conceptos de "albo-europeos" y de "negro-africanos"

    Este es el concepto del parentesco étnico-biológico en sentido amplio que hace falta extraer de todo esto, en contra del reduccionismo de la "raza pura" o aquel del cosmopolitismo y del mestizaje universal, que son profundamente contrarios al humanismo. Negar la dimensión étnica y biológica de los hombres es rechazar su humanidad misma.