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Eje Futuro - Page 30

  • Los perjucios del caos étnico.

     

    Por tanto la riqueza racial o biológica de la humanidad debe ser reconocida como un factor positivo. Lamentablemente debido a los dogmas actuales, se han paralizado los estudios de antropología que habían mostrado grandes avances durante el siglo XIX. La genética contemporánea confirma por tanto la importancia de la herencia de los pueblos, como los estudios respecto de la transmisión del SIDA y de las enfermedades virales, que son diferentes dependiendo de las zonas antropológicas.

    Las diferencias considerables de comportamiento entre los grupos humanos no pueden ser explicados por un azar respecto del medio, sino que por una herencia de tipo colectiva. La prueba de esto es que, transplantados sobre otro continente, en otra sociedad, estos grupos conservan una especificidad. Los negros americanos, los asio-americanos, y los euro-americanos no tienen en absoluto los mismos comportamientos sociales. A pesar de todos los esfuerzos de la sociedad americana para homogeneizar las costumbres.

    El "racismo" -sería necesario por otra parte decir la alterofilia- no nace en ningún caso de el reconocimiento de las especificidades biológicas colectivas innatas, pero de su negación y de la mezcla forzada de zócalos diferentes sobre un mismo territorio.

    El historiador egipcio Mohamed Fawzi en sus estudio sobre las poblaciones de Egipto aparecido en 1964 (Egyptian Peoples, Lawcester) escribe: " La ruptura entre la civilización faraónica y la civilización alejandrina, luego entre esta última y la civilización árabe y musulmana se explica en primer lugar por las mermas de población. Son las disposiciones hereditarias de los pueblos que en lo sucesivo han dominado Egipto que han conformado las formas del Estado y de la sociedad. Estas disposiciones son en parte genéticas y no pueden explicarse por los meros azares históricos o económicos como pretenden los marxistas ". En esa época, Egipto estaba bajo la influencia de la Unión Soviética. Fawti debió publicar su libro en Londres.

    Aceptar las diferencias biológicas innatas entre las familias humanas no tiene nada de discriminador. Alain de Benoist ha explicado perfectamente en numerosos textos que el racismo, comprendido en su sentido actual de "pecado", está producido precisamente por el rechazo de reconocer las divergencias raciológicas de la humanidad; que el odio hacia el otro procede del rechazo a admitir su especificidad y de su voluntad de asimilarlos, en el fantasma de la reducción a lo "mismo".

    * * * 

    El caos étnico es una desgraciada cosa para Europa, como para todos los pueblos. Se supone que el hombre es un zombi desconectado de las leyes de la vida, que puede mezclarse sin importar cómo, según el dogma de la ideología igualitaria.

    Existe una alquimia biológica humana. Se sabe que algunas mezclas no sirven para nada, ya que son incompatibles y demasiado extrañas, y que otras son positivas, porque están más próximas. Pero los estudios de antropología biológica están hoy prohibidas, en función del principio de que toda verdad subversiva debe ser reprimida. Como lo explicó en el siglo pasado Erwin Levy en una obra contra el marxismo (The Lacks of Internationalism, UPC Press, Chicago 1898) : " El efecto perverso del internacionalismo, considerado como doctrina política, es la de no reconocer más la dimensión biológica, religiosa y racial a los pueblos humanos, y por consiguiente de empobrecerlos. Esto que se reconoce para los árboles, los caballos, los múltiples organismos vivientes, esta diversidad de capacidades heredadas, se le rechaza respecto de nuestra especie. Sin embargo, el Talmud enseña que Dios creó a los hombres profundamente diferentes y que se trataba de un regalo que les había dado. El castigo divino, esto es Babel, la mezcla caótica de los pueblos, de las razas, de las lenguas.[...] La concepción hebraica del mundo y de la vida reposa sobre la idea de que todos los pueblos no son hermanos y solidarios, sino vitalmente diferentes, que no se les puede mezclar y que un pueblo humano único es imposible. No se puede abolir o mezclar las naciones sin grandes perjuicios ". 

    * * * 

    Es conocido el eslogan: " el hombre es un animal, cierto, pero no animal". No. El hombre es un animal y nada más que un animal. La negación del hecho racial está llevado a cabo por las élites intelectuales occidentales que están confundidas respecto del mundo de lo vivo y que, en virtud de una larga tradición gnóstica (la misma que lleva a negar la evolución filogenética) considera al ser humano como una especie única, formado en bloque, por encima del reino animal y desprovisto de sus leyes. 

    El hecho de creer que el hombre "no es más que un animal" es una consecuencia de los dogmas religiosos de lo más diverso y de una espiritualidad mal comprendida, dualista y maniquea, que relega la dimensión biológica a un estatus inferior. El hombre, hijo de Dios, posee en sí mismo una "parcela divina". Estando aislado del resto de la naturaleza. Esto pertenece al pensamiento mágico.

    Igualmente, hace falta que retorne la noción de imperativo territorial (aunque los pueblos europeos no son menos sensibles que otros), tal y como lo había defendido Robert Ardrey, Konrad Lorenz y Irenaüs Eibl-Eibelsfeldt. Incluso si un pueblo se desmembra por la conquista, debe conservar una base, una madre-patria, sin que su savia cultural se seque luego de bastantes generaciones. ¿Existe un "pueblo" americano, australiano, neozelandés? No estoy seguro. Al contrario, a pesar de las diásporas y de las conquistas, existe sin duda un pueblo árabe, un pueblo chino, un pueblo hindú. Y todo ellos simplemente porque son conscientes de poseer un espacio vital de implantación heredada, una patria-madre, un territorio de origen y de posterior declive. Esperemos que los europeos del futuro retengan la lección : el vínculo más o menos débil entre la consaguinidad global y la territorialidad es uno de los factores centrales de la historia, un factor arcaico, que la modernidad no ha podido y no podrá abolir, y que el futuro, a pesar o a causa de las comunicaciones mundiales, no hará más que fortalecer.

  • Europa inconsciente. La Colonización de Europa

    La construcción europea es un tanteo. Como si los europeos sentían inconscientemente, en las desgracias de la historia, después de dos guerras civiles a asesinas, si deben reagruparse para sobrevivir. Y de nuevo adoptar por fin el modelo imperial-federal fundado sobre los países de afecto y la orden suprema, el Águila.

    Pero desgraciadamente, a esta línea dramatúrgica subterránea y, digamos jungiana, se superponen instituciones y comportamientos políticos concretos muy decepcionantes. La Unión Europea (que hay que sostener, porque no hay otra elección posible, porque el concepto jacobino de Nación es sólo una Línea Maginot ridícula, porque somos el mismo Pueblo) cede evidentemente también a los errores y a las cegueras de la ideología dominante. No percibe la amenaza, no tiene el sentido del enemigo. No hay que querer a la Gran Patria en construcción avanzar sonámbula y a ciegas. Simplemente hay que recordarle las amenazas que ignora. Tal como se suplica una mujer que se ama el que se convierta en prostituta.

    LA AMENAZA DEMOGRÁFICA Y GEOPOLÍTICA DE ÁFRICA DEL NORTE 

    A esta colonización de población, alimentada desde el interior por la alta tasa de natalidad de los emigrantes, se añade otra amenaza demográfica que podrá sólo reforzar tal colonización y, eventualmente, dar lugar a acontecimientos dramáticos. Hablando de su país, el diputado griego Constantin Stephanilis, declaraba en mayo de 1999: "Grecia comprende hoy que con su demografía débil, será en el siglo XXI un país pequeño de viejos y de ricos rodeado por un océano de jóvenes y de pobres. Dentro de 10 años, los griegos serán siempre 10 millones sin duda con un nivel de vida occidental, pero los turcos serán entonces 80 millones. Tendremos 10 millones de ricos rodeados por 100 millones de pobres, más o menos todo musulmanes. Eso es el verdadero problema de Grecia de hoy".

    Lo que vale para Grecia vale también para el conjunto de Europa, pero a escala más grande. No sólo estamos invadidos por el interior, sino que estamos rodeados de países jóvenes y prolijos que nos ansían. 

    Allí todavía la demografía, la única ciencia social exacta, es ineludible: cada año nacen en la orilla meridional del Mediterráneo, más niños que en Europa.

    Un polvorín geopolítico superior está naciendo en el Mediterráneo. Esta región corre peligro de hacerse, como Cachemira, el teatro de enfrentamientos susceptibles de conducir a la Tercera Guerra Mundial y de suscitar la intervención de los Estados Unidos. Europa occidental envejecida, con una débil tasa de natalidad autóctona, sin renovación de las generaciones europeas, ante la presencia masiva sobre su suelo de mareas de musulmanas que, por su parte, renuevan y enriquecen sus generaciones (por nuevas llegadas y por natalidad interna) hará frente, a una hora de avión, al otro lado del Mediterráneo, en países musulmanes árabes pobres y jóvenes, siempre en auge demográfico y que gozan en Europa de cabezas de puente importantes. Es la adición del salitre y de sufre. Esta ecuación de segundo grado ciertamente no será igual a cero, como se quiere hacérnoslo creer.

    No desembocará en una "cooperación aumentada política y económica", como los partidos políticos se la imaginan. Puede acabar sólo en crisis, conflicto y guerra.

    La Historia avanza zigzagueando y nadie, cinco años antes, había previsto el hundimiento del comunismo, la caída del Muro, la reunificación alemana, el estallido de Checoslovaquia y de Yugoslavia, el nuevo conflicto balcánico y la agresión de USA bajo la cobertura de la OTAN contra Serbia. Es por eso que, apartar de golpe la hipótesis a medio plazo de un conflicto grave y abierto entre Europa y los países musulmanes agresores relevo de la ceguera histórica para no decir más.

    Países jóvenes y pobres, acomplejados hacia los europeos, armados con el resentimiento de la colonización siempre muy a flor de piel, estructuralmente son los enemigos de Europa; se sienten y se invisten como tales, aun cuando todavía no lo formulan por mera táctica, con el fin de gozar mientras lo máximo posible de sus donaciones innumerables y financieras. Los europeos, por su parte, pavos de la farsa, se consideran los grandes amigos de los países musulmanes árabes, cuyos habitantes les colonizan. No olvidemos que el difunto presidente argelino Houari Boumedienne, cuyo ministro de los Asuntos Exteriores, Bouteflika, es el jefe actual de Estado argelino, abiertamente había formulado la idea de que los países musulmanes árabes debían a su vez colonizar Europa particularmente Francia, después de haber expulsado a los colonizadores europeos.

    Esta colonización se produce "por lo bajo"; se funda sobre la aportación demográfica y no sobre la dominación política y militar. Tal como lo vimos antes, es "suave" y aspira a ser primeramente, no violenta. Pero, en un segundo lugar, esta colonización puede volverse dura y las masas árabo-musulmanes podrán pedirles la ayuda a sus Estados hermanos en el norte de África, en caso de guerra civil étnica en Europa, a sus madres-patrias a las que no olvidaron.

    LA POSIBILIDAD DE UN CONDOMINIO AMERICANO-ISLÁMICO SOBRE EUROPA

    Nuestra colonización sirve a los intereses norteamericanos. Los Estados Unidos, que son el "adversario principal" de Europa mientras que el Sur y el Islam son los "enemigos principales", mientras jueguen evidentemente a fondo la carta de la colonización de población y de la islamización de nuestro continente. Desde hace tiempo, la estrategia americana muy pertinente de su punto de vista, consistió en evacuar a los europeos de África y de Asia para reemplazarlos y animar el nacimiento de un calidoscopio étnico afroasiático en Europa.

    Durante la guerra de Argelia, los EEUU apoyaron al FLN. En África francófona, como recientemente en Zaire, combatieron, incluso militarmente, la presencia francesa y belga. Con el fin de apropiarse el subsuelo minero y del uranio. En África negra, financian y animan el retroceso de la francofonía. En Argelia, sostienen la política de arabización que pretende eliminar al francés e instaurar el inglés como la primera lengua extranjera. Ayudados por sus cómplices ingleses, persuadieron a todos los gobiernos argelinos sucesivos para que concedieran a los anglosajones el monopolio de las explotaciones petrolíferas y gasísticas del Sáhara. Los terroristas islámicos jamás inquietaron a las sociedades y a los ciudadanos americanos presentes por Argelia. En Afganistán, la CIA armó a los islamistas contra los rusos.

    Por supuesto, hay tensiones entre el Islam y los EEUU. Los asuntos de Irán lo demuestran. Pero globalmente, América juega la carta del Islam para debilitar Europa y el Islam la de América con la misma intención. Es la estrategia de los ladrones de feria, los competidores que se unen por abajo contra un adversario común, lo que se llama la "coopétition" (cooperación-competición).

    El Islam tiene interés en la benevolencia americana para colonizar Europa. América anima a su protegido fundamentalista, Arabia Saudita, a financiar mezquitas y asociaciones en Europa (¡actividad prohibida en América!) gracias a las regalías petroleras. La guerra de Kosovo es un caso de verdadero manual. El objetivo geopolítico americano era doble: ayudar a la implantación en Europa de dos Estados islámicos, Bosnia y Kosovo, y generar un desacuerdo y un resentimiento entre europeos del oeste (esclaviza a la OTAN comprometiéndola en los bombardeos de Serbia) y eslavos ortodoxos, todo ello para impedir el nacimiento de una Gran Europa, pesadilla geopolítica para América talasocrática.

    Antaño, tal como lo había formulado, Europa dividida y ocupada se enfrentaba al "condominio americano-soviético". ¡Mañana, esto puede ser peor! Veremos posiblemente el condominio americano-islámico. Es así como lo teme con razón Alexandre del Valle en su notable ensayo Islamismo y Estados Unidos, la alianza contra Europa (Éditions L'Age d'Homme), el interés de América es una islamización de Europa, una presencia cada vez más fuerte afromagrebí y asiática sobre nuestro continente. Europa peninsular otanizada, islamizada y separada de los eslavos y los rusos ¿no es la mejor manera para EEUU de encadenar a Gulliver, de paralizar al gigante?

    Además, no es despreciable para los estrategas económicos americanos saber que la inmigración masiva es un lastre para nuestro dinamismo económico. La colonización de población de Europa por el Tercer Tercero sirve los intereses económicos americanos, con el mismo título que el laxismo librecambista de la Comisión de Bruselas.

    En la hipótesis de un conflicto entre Europa y países árabo-musulmanes, una guerra civil étnica en Europa sería el pretexto para que los estadounidenses se apresuraran a intervenir como "mediadores", esto es como prescriptores. Imaginemos una guerra étnica en Provenza en una decena de años, lo que no es imposible, dado que ya comienza de manera rampante, como en otras regiones del Hexágono.

    La historia no se repite exactamente de la misma manera, sino es muy posible que los Estados Unidos "se" "interpondrían" tal como lo hicieron en Serbia. Para "restablecer la paz", evidentemente. El condominio americano-islámico caería entonces como una capa de plomo, como una noche larga sobre Francia y Europa