La diputada sueca, Barbro Sörman, ha asegurado en su cuenta oficial de Twitter que “es normal que los refugiados tiendan a querer violar a las mujeres porque es algo cultural en sus países”, tras criticar que los medios de comunicación informen de las violaciones de los refugiados.
Según cuenta Actuall, la política progresista -en un discurso profundamente racista, pero edulcorado con relativismo moral, multiculturalismo y buenismo- ha arremetido además contra los hombres suecos asegurando que "si violan lo hacen por una elección activa". "Es peor que lo hagan ellos a los refugiados “, ha dicho. Y ha esgrimido que los suecos "son criados en una sociedad que cree en la igualdad de género y deben cumplir por lo tanto con estándares más altos que los inmigrantes”.
Las violaciones en Suecia se han disparado desde mediados de los años 1970 y Suecia ocupa ahora la posición número dos en la lista de violaciones del mundo y es ampliamente conocido como “la capital de la violación de Europa”.
El último suceso conocido ocurrió en el Festival Bravalla, en Norrkoping, a unos 150 kilómetros de Estocolmo. Una niña anónima de 15 años declaró a Expressen cómo ella y sus seis amigas habían sido molestadas sexualmente por "chicos extranjeros". La policía se negó en principio a informar del caso, pero ante la insistencia de los medios reconoció el número de denuncias, Finalmente admitió que se trataba en todos los casos de autores de origen "extranjero".
Además, en el festival de música Putte i Parken de Karlstad se denunciaron 32 casos. Una chica afectada, Alexandra Larsson, de 17 años, confesó al británico MailOnline que los atacantes "no eran de origen sueco". "Eran probablemente inmigrantes. Odio tener que decirlo, pero es la verdad". Los abusos de los refugiados se llevan a cabo sin que casi trasciendan a la opinión púlica. La Policía sueca ya ocultó los acosos sexuales que se cometieron contra adolescentes en el festival We Are Sthlm durante 2014 y 2015 a fin de no desvelar que los autores de los delitos eran en su mayoría jóvenes demandantes de asilo, muchos de ellos menores llegados a Suecia sin familia.