Las elecciones locales parciales celebradas en Inglaterra y Gales (Reino Unido) el pasado 3 de mayo, dieron un importante resultado al UKIP. Los resultados no sorprendieron a nadie, el UKIP ya había aparecido en las europeas de 1999, haciéndolo con más fuerza en las elecciones europeas de 2004 y aumentado en las de 2009. En esta ocasión todas las encuestas señalaba que en estas pasadas municipales recibirían un fuerte apoyo de los británicos descontentos con la UE y partidarios de abandonar las instituciones comunicarías, esa es la Independencia que el UKIP lleva en sus siglas.
Los medios han explicado este resultado electoral como la consecuencia de tres factores: el hastío de los británicos de los partidos tradicionales, su rechazo a la UE y la oposición a la inmigración masiva; lo cual son síntomas indudables muy positivos. Pero si analizamos con más conocimiento y detenimiento la escena política británica y ponemos estos resultados en una perspectiva más profunda, y a la vez más realista, las conclusiones a las que se llegan serían otras.
UKIP el cómplice necesario para parar al BNP.
El UKIP nació en 1993 con Alan Sked, como fundador, una liberal defensor de la globalización y del paradigma mundialista. El crecimiento inicial de la formación fue lento, siendo “de facto” un grupo de presión entorno al Partido Conservador.
Es en 1999 cuando el UKIP empieza a hacerse fuerte y a aparecer frecuentemente en la escena mediática británica. Precisamente cuando BNP, tras un largo y brillante trabajo de años de Nick Griffin, ponía al nacionalismo británico de nuevo en condiciones de irrumpir electoralmente (tras un letargo de varias décadas después de los éxitos del National Front en los 70-80). Fue para las europeas de 1999, cuando el BNP pudo presentar por primera vez candidaturas en todo el territorio británico cuando el UKIP también se presentó por primera vez a estos comicios. Entonces el UKIP logró el 6,5% de votos y tres escaños, mientras los nacionalistas sociales del BNP se quedaron en el 1,13% y sin asiento en la Eurocámara.
La implantación del BNP y su progresivo y creciente apoyo entre las clases medias y trabajadoras de británicos autóctonos no paró de crecer en los años siguientes. Así la situación se “complicaba” más para lo políticamente correcto, porque ya en 2004 las encuestas daban clara representación parlamentaria en Estrasburgo para el BNP, lo que hizo saltar las alarmas de los políticamente correcto en las islas británicas y en la Europa comunitaria que temían la irrupción de una formación realmente nacionalista, antimundialista y alternativa como es el partido dirigido por Nick Griffin. Era necesario buscar algún freno para parar la ascensión del BNP, y ese papel lo jugó plenamente el UKIP, como muestra irrefutable dejamos unas declaraciones de su ya entonces líder al respecto Nigel Farage, por el número de octubre (48) de la revista Sperhead de ese año “Sólo hay un partido en Reino Unido capaz de parar al BNP; ése es el UKIP”, añadiendo “No tenemos nada que ver con el BNP, estamos por el libre mercado, y somos básicamente un partido liberal”, añadiendo calificativos al BNP como “izquierdista” -por proteger los derechos sociales de la población británica- y “racista” –por defender la idea de que sólo la población autóctona debe ser considerada británica-. Intención que Farage ya había manifestado desde el inicio de su presidencia en el UKIP y para la que – él mismo afirma- pidió la ayuda de la oficial BBC, “a finales de 2003 fue a la BBC para advertirles de que tenían que dar apoyo al UKIP, de lo contrario el BNP crecería”.
Los resultados electorales de 2004 fueron algo diferentes, si bien el UKIP seguía creciendo con fuerza, llegando al 16% de los votos y 12 actas, el BNP rozó la proeza con un 5% que no le dieron ninguno de los escaños de los que las encuestas hablaban meses antes, la labor mediática había hecho su efecto.
El BNP tuvo que esperar a 2009 para lograr dos escaños en Estrasburgo. Entonces ni siquiera el tándem UKIP-BBC pudieron lograrlo, a pesar de que Farage había lanzado un llamamiento ante la BBC y demás medios “oficiales” que de inmediato lanzaron una gran campaña de apoyo al UKIP simultaneada con otra no menos intensa de “demonización” del BNP. Si bien el UKIP subió a 13 eurodiputados, el BNP lograba abrir las puertas de la Eurocámara y como alardeaba el propio Farage “si no hubiera sido por el IKIP, el BNP hubiera logrando muchos más escaños”.
El Viernes Santo del año siguiente y en plena campaña para las elecciones legislativas británicas, Farage declaró en el programa de máxima audiencia Any Question, al que fue gentilmente invitado, que su principal objetivo político había sido y era “impedir que el BNP se convirtiera en un gran partido político”. En esos comicios generales de 2010, ni UKIP ni BNP lograron ningún asiento en el Parlamento de Westminster, pero el BNP superó claramente a UKIP en apoyo popular. Los medios reaccionaron de la forma impulsando todavía más la propaganda favorable el UKIP, que ha recogido los frutos de esto en las elecciones de 2013.
UKIP y la permanencia del sistema.
UKIP no supone ninguna “revolución” en la escena policía británica, ni su resultado cambiará la relación de fuerzas entre formaciones del sistema y formaciones antagónicas. EL UKIP nació y se concibe a sí mismo como un factor de corrección del establishment británico, simplemente hará virar al Partido Conservador a posturas más derechistas en lo económico y más hostiles a la UE. En el sistema electoral británica, el UKIP difícilmente logrará un grupo importante de parlamentarios en las legislativas del 2015, y aun lográndolo las declaraciones de Nigel Farage son claras, UKIP sólo forzará a que los tory asuman la exigencia del referéndum sobre la UE defendido por UKIP.
Pocos días después de los comicios municipales la reina Isabel II pidió “mano dura con la inmigración”, mientras que por su parte dos Ministros del gobierno tory, y Philip Hammond, responsable de Defensa y Michael Grove, titular de Educación y persona de máxima confianza del Premier David Cameron, quien ya ha anunciado la celebración del referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la UE para 2017, siempre que su partido gane las elecciones de 2015, para lo que contará con el apoyo, activo o pasivo, del UKIP, estamos seguros.
UKIP anti social y pro-inmigración . El euroescepticismo de la nada.
No sólo es en la cuestión del referéndum europeo en la que el UKIP está condicionando la política de Cameron. También lo está haciendo en los drásticos y anti-populares recortes en gastos sociales acometidos por el ejecutivo tory. Nigel Farage, quien antes de dirigir el UKIP fue miembro del partido Conservador, además de agente de bolsa en la City –centro financiero de la especulación mundial- es, como el partido que lidera, un fanático del ultraliberalismo de inspiración thatcheriana, de la insolidaridad con los británicos más necesitados y del desmantelamiento de lo poco que queda del estado del bienestar en el Reino Unido.
Un tópico lanzado premeditadamente por los medios, es hacer creer que el UKIP es un partido “antiinmigración” y defensor de la identidad británica. Una media verdad que es una completa mentira. El UKIP sólo ha hablado de “controlar” la inmigración “rebajando” el flujo de llegada de nuevos inmigrantes de las islas británica, dejándolo en un techo de 50.000 al año. Por supuesto nada de repatriaciones, de negación de nacionalidad a los extraeuropeos residente en Reino Unido, de fomento de la natalidad autóctona ni de ligar al nacionalidad al ius sanguinis…. y sí mucho de integración y de respeto a la “multiculturalidad” de los que “ya están entre nosotros”. Curiosamente los inmigrantes que más parecen molestar al UKIP y contra los que sí están lanzando una furibunda campaña de rechazo y odio, son precisamente los inmigrantes procedes de la UE, especialmente búlgaros y rumanos. Campaña en la que tiene una complicidad absoluta del diario conservador Daily Mail.
En cuento a la salida de la UE que propone el UKIP no se fundamenta en una crítica a la política globalizadora o anti social de la misma. Todo lo contrario, UKIP no pretende salir de la UE por las contradicciones y errores de ésta, sino para aplicar una política todavía más liberal y mundialista en un Reino Unido que dé la espalda a Europa y se acerque todavía más a los Estados Unidos. En euroescepticismos de la nada.
Enric Ravello
Secretario de relaciones nacionales e internacionales de Plataforma per Catalunya.
http://www.enricravello.blogspot.com.es/