Con ocasión de la fiesta nacional húngara, el primer ministro húngaro Viktor Orbán, pronunció el pasado 15 de marzo un importante discurso del cual nada ha dicho la prensa oficial. “El Manifiesto” se honra en reproducirlo seguidamente.
Discurso importante, y no sólo por su contenido, por sus denuncias, por sus llamamientos. Discurso importante también por todo su estilo, por todo el aire que lo envuelve: ese aire en el que soplan nociones como la del Destino de Europa. Un Destino que contrariamente a lo que hubiese dicho cualquier otro jefecillo de nuestros países nada tiene que ver con el único destino del que tanto los jefecillos como las masas son capaces de hablar: el destino de sus viajecitos y vacaciones.