Ok

En poursuivant votre navigation sur ce site, vous acceptez l'utilisation de cookies. Ces derniers assurent le bon fonctionnement de nos services. En savoir plus.

  • EL ISLAM PROHIBE EL AJEDREZ

    Una reciente decisión prohibiendo el ajedrez en A rabia Saudi crea una nueva polémica, falsa polémica que solo puede sorprender a aquellos que no conocen el Islam, el Islam real, y no la versión educorada que se difunde entre medios occidentales, la logica de este clerigo musulman es aplastante, según su ideologia islamica o musulmana , que es lo mismo aunque despues de cada tentado nos intenten "vender la moto" de que son cosas diferentes.

    Siempre nos vienen con lo mismo de las "interpretaciones del Coran"...siempre se olvidan de algo sencillo el Coran se aplica, no cabe interpretación alguna, el propio Coran lo deja bien claro.

     

     

    Razones para prohibir el ajedrez

    Por: Leontxo García

    Sólo la ignorancia o la maldad pueden explicar la reciente decisión del muftí (autoridad religiosa) de prohibir el ajedrez en Arabia Saudí. Quizá no tenga la menor idea de la gran importancia histórica del deporte mental en el mundo y en la cultura árabe en concreto. O, todavía peor, tal vez le asuste que sus fieles puedan pensar con lógica.

    Mufti-grand-saudi-sheikh
    El muftí Abdulaziz Al- Sheikh (AFP)

     Uno de los argumentos de Abdulaziz al-Sheij, esta lumbrera de la religión musulmana, es aberrante porque intenta convertir en lacras algunas de las grandes virtudes del ajedrez: “Hace pobre al rico, y rico al pobre. Crea hostilidad y hace malgastar el tiempo”. El hecho de que el ajedrez iguale a todo el mundo –ricos con pobres, discapacitados con superdotados, niños con adultos, hombres con mujeres, tímidos con soberbios- es precisamente uno de los motivos de sus demostradas virtudes pedagógicas, sociales y terapéuticas. Varios maestros de escuela que lo utilizan como herramienta educativa me han contado la revolución social que se produce en un aula cuando el alumno supuestamente más torpe le gana una partida al líder de la clase. En cuanto a hostilidad, todos los psiquiatras consultados indican justo lo contrario: es una manera muy adecuada de sublimar y desahogar las tendencias violentas que tiene todo ser humano en mayor o menor medida; por eso, entre otros motivos, funciona tan bien en cárceles y reformatorios.
    El muftí cita asimismo razones ampliamente superadas hace siglos: que el ajedrez implica apuestas de dinero, expresamente prohibidas por el Corán. Eso era cierto, a veces, en la Edad Media, pero ha desaparecido desde entonces, con la reciente excepción de las apuestas por Internet sobre el resultado de los torneos, como ocurre en casi todos los demás deportes. Pero es muy improbable que Abdulaziz al-Sheij se refiera a esto último porque entonces tendría que prohibir todos los deportes.
    La frase más jugosa del muftí, que nos incita a un interesante buceo histórico, es muy contundente: “El ajedrez es obra de Satanás”. Pero no es nada original porque otros fanáticos religiosos, tanto musulmanes como cristianos, ya dijeron tonterías semejantes a lo largo de los siglos. Con mención especial para el imán Jomeini, quien lo prohibió tras liderar la Revolución de 1979, nada más tomar el poder en Irán, con esta otra sentencia redonda: “El ajedrez es un juego diabólico que perturba la mente de quienes lo practican”. Antes de explicar las curiosas razones de esa decisión, es de justicia aclarar que Jomeini rectificó poco antes de morir, convencido por los argumentos de algunos intelectuales iraníes, que provocaron un debate público después de la huída despavorida de varios jugadores profesionales, como Sharif (nacionalizado francés) o Shirazi (estadounidense), quienes veían peligrar sus vidas o al menos su futuro.


    Según las escuelas más radicales de interpretación del Corán, los guerreros musulmanes podían relajarse practicando tres actividades beneficiosas cuando volvían del campo de batalla: montar a caballo, tirar con arco y gozar con sus mujeres. Había otras actividades calificadas como inocuas, y toleradas. Por el contrario, el ajedrez estaba considerado como pernicioso por varias razones; entre ellas, las citadas apuestas antiguas; y también que sus piezas representan figuras humanas y de animales, algo rechazado por los coranistas extremos. Sin embargo, los mencionados intelectuales iraníes y otros islamistas moderados lo catalogaban como beneficioso, dado que servía de entrenamiento para desarrollar la estrategia bélica. Ello persuadió a Jomeini en 1988, e Irán es ahora una de las grandes potencias del ajedrez asiático.
    Pero, como ocurre estos días con el muftí saudí, los talibán afganos no se enteraron de nada de eso o no quisieron enterarse, y también lo prohibieron, en 1996, hasta el punto de que los jugadores de la selección nacional se han jugado la vida varias veces o se han escapado del país para participar en las Olimpiadas de Ajedrez u otros torneos. Mucho menos traumático fue el intento de prohibición del clérigo iraquí Al Sistani en 2004: sus propios colegas le hicieron desistir, y el equipo nacional, masculino y femenino, siguió acudiendo a las citas internacionales.
    Hay motivos para augurar que ahora pasará lo mismo en Arabia Saudí. Aunque el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua afirma que las decisiones de un muftí “son consideradas como leyes”, lo cierto es que no siempre se cumplen, o al menos no a rajatabla. Abdulaziz al-Sheij es catalogado como extremista en un país que ya de por sí tiende al fundamentalismo religioso; por ejemplo, es partidario de reforzar la prohibición de que las mujeres conduzcan, contra la opinión de la mayoría de sus compatriotas. De hecho, este edicto contra el ajedrez no es más que una renovación de otro promulgado hace 40 años (poco antes que el de Jomeini) nunca aplicado de verdad, aunque en teoría está prohibido, por ejemplo, pasar un juego de ajedrez por las fronteras saudíes.


    La ocurrencia del muftí ha tenido mucho eco internacional y ha indignado a los ajedrecistas de su país, quienes sin embargo no parecen asustados. El presidente de la Federación Saudí, Musa bin Thaily, ha anunciado que no piensa cambiar su programación de torneos nacionales, ha cuestionado la decisión del muftí y, para no dejar el menor resquicio de duda, ha matizado: “En las piezas que empleamos en nuestro país, el rey no está coronado por una cruz sino por la media luna creciente del Islam”.


    Tal vez porque las religiones se basan en la fe ciega, en contraposición al cálculo preciso y la lógica del ajedrez, éste ha sido prohibido en algún momento por el cristianismo, el Islam y el judaísmo. Incluso Buda vedó los juegos que se practicaban en un tablero de ocho por ocho. Sólo así puede entenderse, por ejemplo, que el famoso monje cisterciense francés San Bernardo de Claraval, líder religioso del siglo XII, definiera el ajedrez como “un placer carnal”. Tampoco se sabe por qué al arzobispo de Florencia le parecía que el ajedrez era “vergonzoso, absurdo y asqueroso”, por lo cual castigó a su obispo tras pillarlo in fraganti. Pero el castigo fue benigno porque le mandó lavar los pies a doce pobres. Y algo parecido ocurrió en el siglo XIII con el arzobispo de Canterbury, que calificó el ajedrez como un “vicio execrable”, y condenó al prior de Norfolk, tras descubrir que era ajedrecista, a tres días de pan y agua. La lista de prohibiciones es tan larga que sería tediosa, pero conviene añadir que durante los tiempos de la Sagrada Inquisición, el famoso Savonarola, confesor de Lorenzo de Médicis, amenazó con la condenación eterna a quienes pillase jugando al ajedrez. Por último, aunque por razones muy distintas, es importante mencionar que el Gobierno chino prohibió el ajedrez (así como la música de Beethoven y todo aquello que tuviera algún atisbo “occidental”) durante poco tiempo en el contexto de la Revolución Cultural (1966-1976) mientras el gran líder Mao Zedong agonizaba.


    Para mayor escarnio del gran desconocimiento o la sutil perversión del muftí, debe subrayarse la enorme importancia de los árabes en la evolución histórica del ajedrez. Ellos lo tomaron de los persas y lo trajeron a España hacia el siglo VIII o IX. Al principio sólo se practicaba entre los ricos, y era uno de los signos de distinción de la clase alta. Pero en los siglos siguientes se hizo interclasista e interétnico, hasta el punto de que el rey Alfonso X, El Sabio, escribió un libro de ajedrez en el siglo XIII, donde desliza la idea que el ajedrez es una magnífica herramienta para favorecer la buena convivencia de musulmanes, judíos y cristianos. Ese concepto sigue siendo muy válido hoy: la Federación Internacional de Ajedrez aglutina a 188 países; entre ellos, casi todos los musulmanes. Sin embargo, que los ciudadanos piensen puede ser muy peligroso para los líderes extremistas irracionales. Quizá esté ahí el meollo de esta noticia.

  • Los sucios secretos del masivo ataque sexual contra mujeres en AlemaniaLA POLICÍA CREE QUE TODO ESTUVO ORGANIZADO DE ANTEMANO Los sucios secretos del masivo ataque sexual contra mujeres en Alemania Al menos hay dos denuncias por violación y más de cien po

    LA POLICÍA CREE QUE TODO ESTUVO ORGANIZADO DE ANTEMANO

    Los sucios secretos del masivo ataque sexual contra mujeres en Alemania

    Al menos hay dos denuncias por violación y más de cien por agresión sexual y robo

    BBC Mundo, 08 de enero de 2016 a las 06:50
     

    "Nos las arreglamos para ir a la catedral, pero queríamos llegar más allá del Museo Ludwig para unirnos a todo el mundo y ver los fuegos artificiales junto al río. Pero de pronto fuimos rodeadas por un grupo de entre 20 y 30 hombres".

     

    Es el testimonio de Michelle, una de las víctimas del ataque masivo contra mujeres que tuvo lugar en la ciudad de Colonia durante las celebraciones de Año Nuevo y que tiene a Alemania indignada.

    Ha pasado una semana desde aquellas agresiones que la policía cree fueron organizadas de antemano y ya hay sospechosos, aunque no detenidos.

    Poco a poco están saliendo a la luz nuevos detalles sobre lo ocurrido.

    Al menos hay dos denuncias por violación y más de cien por agresión sexual y robo.

    Violaciones, agresiones sexuales y robo

    "Nos agarraron de los brazos, trataron de quitarnos la ropa para llegar entre nuestras piernas (...) y llevarse todo lo que teníamos en los bolsillos",

    le explica Michelle a la corresponsal de la BBC en Alemania, Jenny Hill.

    Otra joven británica de 17 años cuyo nombre no se ha hecho público fue testigo de una situación similar la Nochevieja pasada en la explanada frente a la estación de Colonia, la cuarta ciudad más grande de Alemania y la más poblada del Estado federado de Renania del Norte-Westfalia.

    Estaba allí con su novio.

    "Oímos a una mujer gritar y llorar en algún punto entre la multitud, al parecer mientras trataba de escapar de un hombre extranjero",

    le dijo a la BBC.

    "(El hombre) también le gritaba, la señalaba y la perseguía junto a sus cómplices", contó.

     

    Pero no fue eso todo lo que vio.

    "Luego vimos a dos hombres arrinconar mujeres en la catedral y tocarlas mientras ellas pedían auxilio y luchaban con ellos", recordó.

    Y hacia las 2 de la madrugada, cuando ella y su novio volvieron a la estación, vieron que la situación había empeorado.

    "Las peleas habían aumentado, la gente borracha lanzaba botellas sin rumbo y temía que alguna me diera", dijo.

    Mujeres que se encontraban entre esa misma multitud han denunciado tocamientos y otras agresiones sexuales, además de robos.

    Y dos de ellas dijeron a la policía haber sido violadas.

    "Organizados de antemano"

    En base a testimonios como la de las dos jóvenes, la policía de Colonia cree que los ataques fueron premeditados.

    Así lo reconoció también el ministro de Justicia alemán, el socialdemócrata Heiko Maas, a la televisión pública ZDF.

    "Todo el asunto parece haber sido acordado (de antemano)", dijo.

    "Algo así no surge de la nada. Tiene que haber alguien detrás".

    Y añadió que es eso lo que ahora las investigaciones están tratando de esclarecer.

    Aunque declaró que, sea como sea, es "una nueva forma de criminalidad organizada".

    De acuerdo con la policía de Colonia, un millar de hombres se reunió primero en la explanada frente a la estación de la ciudad.

    "Muchos estaban borrachos y eran agresivos", detalla la policía en su página web.

    Y después se separaron en grupos de entre 20 y 30 para llevar a cabo ataques.

    "Modus operandi"

    La policía también dio información sobre el modus operandi de estos grupos formados por una veintena o treintena de hombres.

    Lo que hicieron fue rodear a mujeres, incluso a aquellas que se encontraban con sus parejas, explicó el jefe de policía Wolfgang Albers.

    Después les arrojaron fuegos artificiales casi al cuerpo, "para generar caos y distracción".

    En varios casos los atacantes también utilizaron una llave para reducir a las víctimas.

    Según describió la policía, el atacante se colocaba delante de la mujer, la rodeaba con su pierna, y la empujaba.

    De esa manera, la víctima caía al suelo y el agresor aprovechaba ese momento para robarla.

    172 denuncias

    En Colonia 121 mujeres denunciaron haber sufrido una situación así y haber sido "toqueteadas, acosadas y agredidas sexualmente, y robadas", informó la policía.

    Pero también se registraron ataques del mismo perfil, aunque menos numerosos, en al menos otras tres ciudades alemanas: Hamburgo, Stuttgart y Düsseldorf.
    En Hamburgo, una ciudad norteña que conforma su propio estado federado, 40 mujeres denunciaron haber sido víctimas de agresiones similares.

    En Düsseldorf, la capital de Renania del Norte-Westfalia -Colonia es la más poblada, pero no la capital-, la policía recibió 11 denuncias.

    No hay información sobre las denuncias presentadas en Stuttgart, la capital del estado federado alemán Baden-Wurtemberg y puerta de entrada a la Selva Negra.

    Pero sí ha trascendido que la policía identificó a un sospechoso de participar en una agresión masiva durante las celebraciones de Año Nuevo.

     

    17 sospechosos, ningún detenido

    En Colonia también han identificado a sospechosos de haber participado en las agresiones masivas: 16 hombres, de acuerdo a la nota de prensa de este jueves de la policía de esa ciudad.

    Con el sospechoso de Stuttgart, suman 17.

    Según la policía, tenían entre 18 y 35 años, y por su apariencia eran "del norte de África o de países árabes", algo que ha desatado toda una polémica que está salpicando la política migratoria de la canciller Angela Merkel.

    De momento ninguno ha sido detenido, pero están siendo investigados.
    Así lo confirmó el ministro del Interior de Renania del Norte-Westfalia, Ralf Jaeger.

    Pero adelantó que espera tener un informe policial "muy detallado" esta misma semana.

    Lo que ahora está haciendo la policía es revisar las imágenes de circuito cerrado de aquella madrugada y los videos que grabaron con sus celulares los presentes en la plaza de la estación de Colonia.

    En ellas buscan evidencias que puedan probar que los sospechosos estuvieron allí y cometieron personalmente los crímenes.

    Esa es, según el abogado penalista Nikolaos Gazeas, basado en Colonia, la única forma de que alguien sea juzgado y condenado por los hechos.

    Hay que probar una responsabilidad personal, ya sea por medio de una evidencia en una video o porque lo señalen los testigos.

    "Es el problema de los crímenes cometidos en grupo", le dijo al medio alemán Deustche Welle.

    "Las probabilidades de que incluso uno solo de los perpetradores sea condenado son pequeñas".

    Críticas a la policía y a la alcaldesa

    Que los ataques tuvieran lugar en un espacio público, en una de las mayores ciudades del país, en un momento en el que la presencia policial en las calles es mayor que en otras épocas ha generado críticas.
    La que más ha resonado ha sido la del ministro federal del Interior, Thomas de Maizière.

    Éste criticó con dureza el papel de la policía de Colonia -dependiente del gobierno regional- la madrugada de Año Nuevo.

    "No puede ser que se desalojara la plaza de la estación y que después tuvieran lugar los sucesos. La policía no puede trabajar así", dijo.

    Y la Unión de la Policía Alemana (DPoIG, por sus siglas en alemán) ha mostrado su rechazo a esta opinión.

    "No creo que sea un buen estilo que el ministro critique en público a policía", dijo en ese sentido el presidente del sindicato, Rainer Wendt.

    Pero la policía no ha sido la única a la que le han llovido las críticas.

    La alcaldesa de Colonia, Henriette Reker, también ha recibido su parte después de que diera varios consejos a las mujeres para ese tipo de situaciones.

    "Siempre es una posibilidad mantener una cierta distancia, de más de un brazo. Y no acercarse mucho a personas extrañas o con quienes no se tiene una buena relación de confianza", señaló.

    Y recomendó también permanecer siempre en grupo y no irse "con uno o con otro" al dejarse llevar "por la euforia de la fiesta".

    Presión a la política migratoria

    El suceso también ha salpicado a la política migratoria de la canciller Angela Merkel.

    Grupos de ultraderecha que se oponen a ella, como Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (Pegida, por sus siglas en alemán), han utilizado a su favor que la policía haya dicho que los sospechosos "parecen ser del norte de África o de países árabes".

    Y movimientos populistas como el partido Alternativa para Alemania (AfD) han visto los ataques como una confirmación a su tesis antimigratoria.

    "¿Ya es Alemania lo suficientemente multicolor y abierta al mundo para usted, señora Merkel?", le dijo a la canciller la líder de AfD, Frauke Perry, responsabilizándola de alguna manera por lo sucedido.

    "Lo que ocurre en las plataformas (digitales) de la ultraderecha es cuanto menos tan atroz como los asaltos a estas mujeres", reclamó por su parte el ministro del Interior de Renania del Norte-Westfalia, Ralf Jaeger.

    "Esto está envenenando el clima de nuestra sociedad".

     

    Pero incluso miembros del partido de la canciller, la Unión Cristiana Democrática (CDU, por sus siglas en inglés), empezaron a hablar de medidas migratorias inmediatamente después de los ataques.

    "Se necesita urgentemente: reducir el flujo (de inmigrantes), asegurar las fronteras, intensificar las deportaciones y justicia significativa",

    escribió en su cuenta de la red social Twitter el diputado de la CDU Stephen Bilger.

    Sin embargo, la alcaldesa de Colonia, Henriette Reker, insistió en que no existen pruebas que vinculen los ataques a los refugiados.

    El año pasado Alemania recibió 1,1 millones de refugiados, según la cifra actualizada del Ministerio del Interior.


    Y el ministro de Justicia, Heiko Maas, también pidió prudencia antes de empezar a juzgar.

    Aunque también señaló que los culpables tendrán que enfrentar la cárcel o, si corresponde, la deportación.

    Otro ministro, el de Interior, De Maizière, pidió no estigmatizar a los refugiados, pero "que el origen de estos no se convierta en un tabú en aras de la corrección política".

    "Algunos de ellos quieren crear cuotas para los refugiados, otros quieren aumentar el cupo para los solicitantes de asilo y estos polos también existen entre la opinión pública alemana",

    le dijo una mujer llamada Tanja a la periodista Dana Regev, del medio alemán Deustche Welle.

    "Es algo positivo que al final del día te llegen estas opiniones que equilibran unas a otras", añadió.

    "¿Pero sabes a quién se olvida al final del día?", preguntó.

    "A las propias mujeres. Aquellas que seguirán viviendo esto cuando los medios se hayan ido".