El naufragio de Lampedusa: cuando los europeos son culpabilizados.

El 3 de septiembre, un barco de "refugiado" de África (Somalia) de Libia (1) naufragó frente a la isla italiana de Lampedusa, que se ha convertido en una puerta de entrada aceptada e ilegal en Europa. 130 se ahogaron, 200 desaparecidos. Prendieron fuego a lsus mantas para que les fueran a ayudar y la nave se hundio a causa del fuego.  La guardia costera y pescadores italianos rescataron a los supervivientes. 

 

Inmediatamente el coro de plañideras a empezado a vociferar.. El alcalde de la isla, entre lágrimas (de verdad) a la declarado a la agencia de noticias AFSA: "un horror! un horror! " . El líder italiano, Enrico Letta habló de una "gran tragedia" y declaró duelo nacional. Y por si acaso, el Papa Francisco , que ya había ido a visitar a los "refugiados" africanos en Lampedusa, dijo: "No puedo recordar las numerosas víctimas de este enésima naufragio. La palabra que me viene a la mente es la vergüenza . [...] pedir perdón por tanta indiferencia. Hay anestesia en el corazón de Occidente. "  Creemos soñar...

 

Con el debido respeto al Santo Padre, se equivoca y equivoca a los demas.. Y, hablando en “jesuita” practica una inversión de la verdad. Porque todo se hizo para salvar a los somalíes. Todo se hace para acogerles y nunca van a ser expulsado. Ellos se extenderán, al igual que todos sus predecesores por Europa. (2)¿Cómo interpretar este episodio?

 

Primero el Papa Francisco intenta culpar a los europeos (la "vergüenza", la "anestesia del corazón", "indiferencia") de forma totalmente injusta y hacer declaraciones falsas. Esto parece bastante coherente con la posición suicida de algunos de los prelados que son objetivamente partidarios (recordar el Abbé Pierre)de una inmigración incontrolada invasiva (la “acogida del otro”) con el pretexto de caridad. Con la ventaja añadida de la islamización rampante. Se podría argumentar estos hipócritas prelados católicos no hicieron mucho para ayudar a los cristianos de Oriente (Egipto, Iraq, Siria ...) perseguidos, expulsados ​​o asesinados por los musulmanes. ¿No tienen "vergüenza"?

 

En segundo lugar, todos estas manifestaciones de humanitarismo de las autoridades europeas, todas las lamentaciones son un signo de debilidad, la resignación. Son un poderoso estímulo para las masas de posibles inmigrantes ilegales que huyen de sus propias sociedades incapaces que no pueden venir a Europa. Seguro que serán recogidos, protegidos y no expulsados.

En tercer lugar - y esto es más vergonzoso para las bellas almas que nos dan lecciones de moral - si Europa hace saber que no tolera mas a estos Boat people rr , el flujo cesara inmediatamente y los ahogamientos tambien cesaran de inmediato. Los responsables de los ahogados de las pateras son , de una parte las autoirdades europeas laxistas e inmigracionistas, y de otra parte los que los transportan. Y, evidentemente, los propios clandestinos que son desresponsabilizados y victimizados y que no tienen mas que quedarse en su pais para intentar mejorar sus vidas.

 

En cuarto lugar, y aquí esta los mas grave: los profesores y profesionales del hipermoralismo, que promueven en nombre del humanismo el asentamiento y la inmigración descontrolada favoreciendo objetivamente el nacimiento de una sociedad sumida en el caos y la violencia.

  La estupidez de la ideología humanitario-izquierdista y el angelismo de la moral cristiana se mezclan como salitre y azufre.  Qerido Santo Padre, un poco de sentido común y relea a Aristóteles y Santo Tomás.

 

1. Antes de el derrocamiento de Gaddafi por la OTAN, y antes de lo que Libia se conviertiera en un territorio de la anarquía tribal islámica, había acuerdos para poner fin a estos tránsitos por mar

    

2. Desde el comienzo de 2013, 22.000 pseudo-refugiados de África han desembarcado en las costas italianas, tres veces más que en 2012. Este es el campamento de los santos …

    

 

(3) En términos de filosofía política, rechazo individualismo. Una nación es responsable de sí misma. El hecho de legitimar la fuga de estas masas de personas fuera de su área étnica debido a la "pobreza", la "miseria" o cualquier otra cosa, es reconocer la incapacidad general de estas poblaciones para hacerse cargo de sus vidas y vivir juntos en armonía. Eso puede ser cierto, pero entonces que no exporten a Europa  sus problemas insolubles.

Guillaume Faye

http://www.gfaye.com/

La minoría blanca de Sudáfrica marcha contra el “apartheid negro”

La música suena en Afrikáans. Como en la radio en los viejos tiempos, cuando Bles Bridges era el artista más vendido entre los descendientes de los holandeses sudafricanos. Eran los tiempos del pleno empleo, del acceso garantizado a la educación. Cuando los niños jugaban seguros alejados de la amenaza de la población negra.

Eran los “buenos viejos tiempos” de la segregación racial del apartheid para los afrikáners (el grupo étnico de origen neerlandés que se asentó en Sudáfrica y Namibia). Ayer se reunieron frente a la sede del Gobierno en Pretoria bajo la estatua de Louis Botha, el padre de la Unión de Sudáfrica. La efigie será reemplazada muy pronto por una escultura de Nelson Mandela. Así van las cosas.

A través de las redes sociales, la minoría afrikáner convocó el ‘Octubre Rojo’ para denunciar la supuesta “opresión y la violencia contra la población blanca” de Sudáfrica. Sus miembros eligieron el 10 de octubre, una fecha revolucionaria, y se vistieron de color rojo para subrayar el inicio de unarevolución. No sólo programaron eventos en una treintena de ciudades sudafricanas, sino también en Estados Unidos, Australia y Reino Unido.

“En las redes sociales hay un clamor contra lo que le está sucediendo a nuestro pueblo, pero no era suficiente, teníamos que manifestarnos físicamente. Hemos agotado todas las posibilidades, hemos tratado de hablar con ellos (el Gobierno), pero nos ignoran”, asegura a El Confidencial la cantante Sunette Bridges, hija de aquel superventas delapartheid.

Al menos 16.000 internautas firmaron una petición en la página web de los afrikáners, que cuentan con 11.000 seguidores en Facebook. Los convocantes esperaban reunir a 3.000 personas para entregar un memorándum en la sede del Gobierno, pero al final se quedaron en 350 asistentes. La minoría de la minoría.

“Hemos logrado que nos escuchen internacionalmente”

“Habría sido un éxito incluso con dos personas. Somos una minoría, y no quedaría bien traer a una muchedumbre”, bromea el cantante Steve Hofmeyr, uno de los organizadores de la protesta ‘Octubre Rojo’. “Pero el apoyo en las redes sociales -añade- ha sido enorme y hemos logrado que nos escuchen internacionalmente”.

Familias enteras llegaron a la manifestación en sus coches con un cuerno rojo en el frontal, un símbolo de apoyo a la lucha contra la caza furtiva del rinoceronte. Al término de la marcha les esperaba la tradicional braai(barbacoa) donde se asan las boerewors, la salchicha de los boer, los granjeros descendientes de los primeros colonos holandeses.

“Alguien tenía que alimentar a esta gente. He seguido la marcha y después rápidamente he encendido la barbacoa. Es mi manera de ayudar”, cuenta François Korff mientras da la vuelta a las salchichas. Por supuesto, también hubo música, como en los viejos tiempos. La que sonaba, en afrikaans, era un disco de pop con el que se baila el sokkie-sokkie.

Los organizadores, Sunette Bridges y Steve Hofmeyr, fueron las auténticas estrellas de la escena. Los adolescentes les pedían autógrafos y se sacaban fotos con ellos a las puertas de la sede del Gobierno. “Hemos venido a las dos cosas. A verlos y a denunciar las muertes y violaciones. Echamos de menos los viejos tiempos”, dice a este diario Mandi Croukamp.

“La Sudáfrica de hoy es el apartheid a la inversa”

Los blancos suponen tan sólo el 8% de la población, pero durante cuatro décadas impusieron sus reglas en la Sudáfrica del apartheid. 

Amanda Brits, de 60 años, denuncia y lamenta los asesinatos y violaciones que ahora supuestamente sufre la población blanca sudafricana. “No es rabia, es crueldad lo que hacen con nosotros. Si pudiera abandonar Sudáfrica mañana no me lo pensaría. Ya no reconozco este país”.

Los manifestantes soltaron globos rojos al aire, entre pancartas que advertían sobre el “genocidio blanco” y camisetas con el lema “la Sudáfrica de hoy es el apartheid a la inversa”. El objetivo era denunciar los asesinatos de la población blanca y la marginación a la que los ha arrastrado la política de discriminación positiva.